martes, 19 de febrero de 2013

RAPIDEZ


-Hoy me ha vuelto a pasar...

-¿Por qué? ¿Qué sentiste?

-No sé cómo llegué a eso, y tampoco como pude calmarme al final... ¿Qué iba a sentir? Fue lo de siempre. Ya lo estoy tomando como rutina, y no quiero que eso pase. No, no quiero.

-Tranquilo. Ahora estás mejor, ¿no? Eso es lo importante. Pero cuéntame cómo fue.

-Si ya te lo he dicho, no sé cómo llegué a eso. Estaba tan tranquilo y de repente, ¡tas! No podía controlarlo, iba demasiado rápido... Las palabras no me seguían. No sé explicarlo. Nunca sé.

-Pero yo te entiendo. Sigue contando.

-Estaba en el autobús. Todo era como muy rutinario. No sé, es lo que hago todos los días. Y de repente, empezó. Es como irse a otro mundo o algo. Y entonces lo ves, lo ves todo. ¿Nunca te ha pasado? Por dios, dime que sí.

-Eso no es lo importante ahora. Lo que importa es lo que te ha pasado a ti. ¿Qué hiciste entonces?

-Nada. No hice nada fuera de lo normal. Bueno, cuando me bajé del bus, sentía como que me ahogaba, y respiraba muy fuerte y muy profundo. Era como si tuviese ansiedad o algo. Pero se fue pasando poco a poco. Después bostezé varias veces seguidas. Últimamente bostezo mucho. Casi siempre, de hecho.

-¿Y por qué puede crees que puede ser eso?

-No lo sé. No tengo sueño, aunque duermo poco. Poquísimo. Pero no estoy cansado. Bueno, no me siento cansado. Sé que eso eso es malo, pero si todo fuese bien no estaría aquí así que... Bueno, pues eso, que no sé por qué es, pero me pasa bastante. Tampoco tengo hambre. Dicen que es otra de las causas por las que se bosteza. Pero hambre más bien poca. También como menos que antes, pero no mucho menos, solo que no tengo tanto apetito. Y eso, que bostezo sin tener hambre ni sueño, así, porque sí.

-Y volviendo a lo que ha pasado hoy... ¿Cuándo te has calmado?

-Te he dicho que no lo sé. Nunca sé cómo se me pasan estas cosas ni tampoco como se me pasan. Me olvido de ellas poco a poco. Seguramente vi algo que me llamó un poco la atención y se fue pasando. Como cuando vas hablando y cambiando de un tema a otro. No he vuelto a pensar en eso hasta que he entrado aquí, y empecé a buscar un tema del que hablar, algo que contarte.

-Te hubiese sacado las palabras igualmente. ¿Sabes? Eres una persona observadora. Eso me ayuda muchísimo para ayudarte... Pero bueno, ¿te ha pasado más veces en esta última semana?

-Sí, tres veces. Dos en el autobús, igual que esta, exactamente igual. Incluso he estudiado cómo son esos ataques. Primero todo se acelera y pierdo el control, luego empiezo a respirar más fuerte y después me pongo a bostezar. Además, casi siempre empieza cuando paso por enfrente de un edificio blanco que hay cerca de mi casa, y creo que lo estoy asociando.

-¿Y la otra vez?

-¡Ah, sí! La otra vez fue mientras corría. Creo que el... martes. Sí, martes. Salí a hacer footing para despejarme, y claro, iba a lo mío, pensando. Y comenzó. Tuve que pararme durante diez minutos, y otra vez con ansiedad y bostezos... Luego no podía correr, y volví andando, y me fui olvidando poco a poco.

-¿Seguro que ninguna otra vez?

-Seguro. No esta semana. Las otras veces ya te las conté. Oye, ¿qué me pasa?

-Eso es lo que estamos intentando averiguar. Hace falta tiempo.

-Sí, pero no quiero seguir así. Necesito que me digas algo. No quiero que todo siga... yendo tan rápido. Es demasiado. Muy rápido, y si no lo puedo controlar, me estresa. Seguro que a ti también te ha pasado, más de una vez. Lo sé, a todo el mundo le ha tenido que pasar. No lo entiendo. ¿Por qué?