miércoles, 11 de septiembre de 2013

LA VUELTA - DÍA 1:

Aeropuerto de Barajas, son las cinco de la tarde. A un lado de la puerta, cien chavales -de verde o azul- a punto de terminar la experiencia del año, de sus vidas, ahí estoy yo. Han sido dos semanas en las que cada par de ojos ha visto más que en años y años de vida "normal". Estamos a punto de cruzar la puerta, la línea que separa realidad y sueño. Del otro lado están padres, hermanos, tíos, amigos, novias, novios... Todos esperando ese regreso que, inevitablemente para nosotros, es un poco agridulce. Nada más salir, veo a mi madre y se me olvida todo lo demás; en ese momento comprendo lo que la he echado de menos, la alegría que me produce verla a ella y a mi hermana, y a mi tía y mi primo, que también han venido a recogerme. Entre abrazos, sonrisas y lágrimas, muchas lágrimas, me voy despidiendo de todos. Estoy seguro de que de aquí saldrán grandes amistades, que haremos grandes cosas, que ya somos otros de los que hace apenas veinte días empezamos esta AVENTURA, con mayúsculas. Hemos compartido muchas cosas (muchas, muchas). Somos los rumberos, y eso no se olvida.

Poco a poco se comienza a ver más claro todo lo demás: estoy en el coche, volviendo a casa, al hogar. Madrid se presenta más extraña que nunca, con sus cuatro alfiles que la guardan, sus autopistas de delirio, sus gentes, todo... El trayecto se me pasa entre la ventanilla y los cuentos, las anécdotas, las experiencias, la gente, los paisajes... Hay muchos detalles del viaje que no se olvidarán, que están grabados a fuego en las cabezas de todos.


Ya en casa, me siento en un verdadero palacio: nevera, toda la comida que quiera, cama, baño, ducha... Pero todas las comodidades son pocas, hay momentos en los que las entregaría todas con tal de volver a mi saco, a mi macuto y mis botas, a las marchas bajo el sol o la luna, a Tattiwine, a Bades, a Merzouga, a esos cielos, a esas miradas inocentes -y las otras no tan inocentes-, a esa gente que te lo ofrecía todo teniendo nada, y a mis rumberos... Les echo de menos, lo echo todo de menos...

Madrid Rumbo al Sur 2013 - Marruecos