Cuando dudes de tí misma, siempre
estaré ahí para recordarte que eres genial. Que no hay nadie, nadie
como tú. Nadie que pueda siquiera compararse. Quizá es porque te
miro con otros ojos, pero para mí eres perfecta. ¿Por qué no te lo
crees? Eso solo hace que siga diciéndotelo, cada día.
¿Cómo no pensar que eres perfecta
cuando me miras con esos ojos? Son tan profundos, tan bonitos, tan
únicos. Esa manera de andar, como si fueras la reina del mundo, de
mi mundo...
Al verte no puedo contener una sonrisa,
siento una felicidad incomparable a todo lo demás. En esos momentos,
cuando te veo venir, me dan ganas de correr hacia tí para no
soltarte nunca. Algún día te darás cuenta.
No me importa parecer cursi, débil o
tonto, porque cada vez estoy más convencido, eres la chica. Eres tú,
pero nunca va a poder ser. Solo quiero que llegue el momento en el
que pueda decirte a la cara sin miedo que te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario