El coche aceleraba. En medio de aquella
solitaria carretera, con las ventanillas bajadas y contigo al lado,
en ese momento era feliz. El viento en las caras, Tracy Chapman en la
radio, y aquel sol abrasante. No vimos otro auto en un buen rato, no
sabría decir cuánto, no llevaba reloj. El tiempo no tenía gran
importancia en ese momento, la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario