Gran Vía. La puesta de sol desde la
azotea de un edificio. Los ruidos de la ciudad, como los de la selva,
se oyen como las interferencias en la señal de radio. Poco a poco se
oculta el astro. El viento me trae el olor de tu pelo, recién
lavado. Estás ahí al lado, mirando el horizonte mientras yo te miro
a ti, mi propio sol. Cierras los ojos y sonríes de esa manera que
solo tú sabes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario